15/6/18

Crítica de un bostezo

Hay algo que me quita parte de mi profundo sueño, que me acongoja el pecho en ocasiones  y que no logro comprender dada la infantil curiosidad de preguntarle por qué a un porqué. La siniestralidad con la que topamos en la red, de fieras salvajes aguardadas en la esquina del timeline cuando hacemos scroll. Una lapidación constante de manos no demasiados rápidas, pero si casi transparentes. Espejismos que se pueden ver y leer pero no reprochar.

Hace no demasiadas semanas leí que vivíamos en una "cultura de los ofendidos". Que el futurístico objetivo con el que nacieron las redes de salvaguardar distancias para acercar a las personas se ve más mancillado que nunca, logrando que uno se lo piense dos veces antes de abrirse una cuenta en Twitter. Ya puede usted hacer un "bostezo" de no más de 140 caracteres, que habrá quien presuma de "la carrera de su vida y de la calle" para  corregir el angulo de apertura en la quijada, la manera de llevarse la mano a los morros o cómo se atreve uno a bostezar, que eso es un acto de repudia y ofensa ante los que han dormido ocho o nueve horas y ya llevan tres cafés cuando aun no asoma ni la hora del almuerzo.

Me tambalea el ímpetu por este miedo a ofender, y de hecho, este síntoma ya se puede considerar como algo ofensivo, puesto que ello indica que soy propenso a la ofensa. ¿Lo han entendido? Yo tampoco.

Ante esto, admiro con pasión el status de los que se dedican a esto y encajan y rechinan los dientes mientras hombres de carne y hueso, unas veces ocultados tras ínfimas máscaras y otras a pelo y sin marcha atrás, se dedican a lanzarles de todo o "de tdo". Quizás sea cuestión de un botón, de creer en las ideas y entender que no hay verdad, o mejor dicho, no hay palabra que agrade a todos por igual. Bueno, salvo "gratis" ¿o tampoco?

El paso firme sólo se establece tras haberse quebrado un par de veces las piernas al caminar. Y seguramente no es algo que te enseñe un libro, ni un powerpoint leído o ni siquiera una tabla de excel. Precisamente serán esos elementos, bien contrastados, investigados y asimilados en un hecho, los que ayudarán a aguantar la lluvia así sea junio. Ya que, total, no es algo que nunca se haya visto antes, pero escasea a medida seguimos deslizando el dedo a través de la pantalla.





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